Psicoterapia

Psicoterapia. Existe un gran desconocimiento en la población sobre la psicología y la psicoterapia. Muchos no conocen la diferencia entre un psicólogo, un psicoanalista y un psiquiatra, o la diferencia entre un psicólogo y un coach. Todas estas dudas comienzan cuando queremos empezar un proceso terapéutico, pero realmente no se sabemos exactamente a qué es lo que se refiere y a dónde acudir. Existen ideas como la de que el proceso se realiza tumbados en un diván o que vamos a estar toda la hora hablando solos, que no vamos a recibir respuestas o que él o la psicóloga va a estar todo el rato mirando a un papel y apuntando cosas sobre nosotros. Es cierto que algunos modelos realizan el trabajado de ese modo pero no todos. Con esto te podrás preguntar “entonces ¿hay más de un tipo de terapia?”, así es. Pero comencemos por saber que es la psicoterapia.

Qué es la psicoterapia

Es un tratamiento psicológico que tiene como objetivo ayudar a las personas a llevar adelante vidas más felices, saludables y productivas. Son los psicólogos los que se encargan de ello aplicando procedimientos científicamente aprobados para la creación de hábitos más sanos y efectivos. La psicoterapia es un tratamiento de colaboración basado en la relación entre una persona y el psicólogo. Como su base fundamental es el diálogo, proporciona un ambiente de apoyo que permite hablar abiertamente con alguien objetivo, neutral e imparcial. Tú y el psicólogo trabajaréis conjuntamente para llegar a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que te impiden sentirte bien. Al concluir el tratamiento, no sólo habrás resuelto el problema que te trajo a la consulta, sino que, además, habrás aprendido nuevas destrezas para enfrentar con mayor efectividad cualquier desafío que pueda surgir en el futuro.

 

Cuando acudir a terapia

Aun sabiendo qué es la psicoterapia, pueden quedar dudas sobre en qué ocasiones conviene acudir. Además, es posible que, debido a la existencia de numerosos conceptos erróneos sobre la psicoterapia, puedes mostrarte reacio a ésta idea. Incluso si conoce las realidades y no los mitos, probablemente te sientas nervioso a la hora de considerar esta vía como una opción para tratar tu problema. Pero vale la pena vencer el nerviosismo porque, si en algún momento tu calidad de vida no es la que deseas, la psicoterapia te puede ayudar. No siempre hay que acudir al psicólogo por tener un problema relamente grave, algunas personas recurren a la psicoterapia porque han estado deprimidas, ansiosas o enfadadas por demasiado tiempo. Otras piden ayuda ante una enfermedad crónica que interfiere en su bienestar emocional o físico. Y otras pueden tener problemas a corto plazo para los que necesitan ayuda. Por ejemplo, un divorcio, la partida de los hijos, sentirse abrumado por un nuevo empleo o estar de duelo por la muerte de un familiar. La terapia podría resultar de beneficiosa si presentas estas señales:

-       Sentimiento abrumador y prolongado en el tiempo

-       Desamparo y tristeza

-       Parece que la problemática no se soluciona aun con esfuerzo y ayuda de familiares y amigos

-       Muestras dificultades de concentración en tareas cotidianas o en el trabajo

-       Sientes una preocupación constante y excesiva

-       Pensamientos continuos de que algo malo puede ocurrir

-       Alto nivel de nerviosismo

-       Presentas acciones que pueden estar dañándote a ti o a otras personas (agresividad, consumo de sustancias, acciones desproporcionadas, etc.)

 

Como se ha comentado antes hay muchos tipos de terapia psicológica que pueden abordar estas problemáticas. Estas se diferencian por su metodología y perspectiva a la hora de trabajar. A continuación, te hablaré de los tipos de terapia más conocidos, eso no quiere decir que sean los únicos.

Terapia psicoanalítica

Probablemente sea la más conocida por su aparición en películas, la relación con los divanes y por su famoso autor Sigmund Freud. Esta terapia fue desarrollada con el objetivo de conseguir la resolución de los problemas psicológicos de los pacientes, partiendo de la base de sus fantasías, pensamientos y emociones más reprimidas, es decir, del mundo interior que escondemos. Para los terapeutas seguidores de esta práctica, el inconsciente de una persona es de vital importancia para determinar cuáles son las causas que dan lugar al problema psicológico. Su teoría explica el comportamiento de los seres humanos basándose en el análisis de los conflictos inconscientes que se originan en la niñez. Para entender los pensamientos disfuncionales, el psicoanálisis pone énfasis en los impulsos instintivos que son reprimidos por la conciencia y permanecen en el inconsciente afectando al sujeto.

Terapia cognitivo-conductual (TCC

Este enfoque entiende que los pensamientos, creencias y actitudes afectan a los sentimientos y emociones y al comportamiento. Sus intervenciones consisten en una serie de técnicas que se centran en enseñar al paciente una serie de habilidades para afrontar mejor los distintos problemas. En la TCC el paciente trabaja con el terapeuta para identificar y cambiar los patrones de pensamiento disfuncionales. Una vez detectado y analizado el problema, se utilizan distintas técnicas cognitivo-conductuales como el entrenamiento en habilidades sociales, técnicas expositivas, técnicas de resolución de problemas, reestructuración cognitiva, etc. El objetivo de estas formas de intervención es modificar los patrones de comportamiento tanto en la manera de pensar y de sentir como en la forma de interactuar con los demás y con el entorno.

Dentro de este tipo de terapias podemos encontrar por ejemplo la terapia de aceptación y compromiso.

 

Terapia humanista

Surge a mediados del siglo XX tras las terapias psicoanalíticas y cognitivo conductual que eran predominantes en la época. Desde esta perspectiva el individuo es un ser consciente, intencional, en constante desarrollo, cuyas representaciones mentales y estados subjetivos son una fuente válida de conocimiento sobre sí mismo. El paciente es visto como el principal conocedor y actor en su búsqueda existencial. Esta búsqueda le obliga a pasar por una serie de etapas o estados subjetivos en los que se pregunta el “por qué” de lo que le ocurre, el significado de lo que está viviendo, y qué puede hacer para mejorar su situación con ayuda del proceso terapéutico. El terapeuta humanista adopta un papel secundario como facilitador del proceso, permitiendo que el sujeto encuentre las respuestas que busca por sí solo. Uno de los conceptos importante de este tipo de terapia es la autorrealización del ser humano.

Dentro de la terapia humanista existen otras terapias como la Gestalt, la integrativa, centrada en la persona y el mindfulness entre otras.

Terapia sistémica

En esta perspectiva se consideran a las personas como partes de un sistema familiar en donde los problemas psicológicos de los individuos son producidos por problemas en las relaciones entre los integrantes de dichos sistemas. Con esta técnica se pretende reformular la manera en que el individuo se percibe dentro de dicho sistema para identificar cuáles son las causas de sus problemas. Tiene un enfoque en la solución de problemas más práctico que analítico. No es tan importante quién tiene el problema (por ejemplo, quien presenta agresividad), sino que se centra en identificar los patrones disfuncionales dentro del comportamiento del grupo de personas, para así redirigir esos patrones directamente. Es decir, se trata de que los sistemas encuentren el equilibrio.

Dentro de esta modalidad también hay diferentes tipos de terapias como la terapia breve.

 

 

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